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Clásicas

Casablanca

Casablanca Director: Michael Curtiz.
Guión: Julius J. Epstein, Philip G. Epstein y Howard Koch.
Intérpretes: Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, Paul Henreid, Claude Rains.
Música: Max Steiner.
Género: Drama. EE UU. 1942.
Puntuación: *****

Ganadora de 3 Oscar: Película, Director, Guión.
Nominada a 5 Oscar: Actor (Humphrey Bogart), Actor Secundario (Claude Rains), Fotografía en blanco y negro, Montaje, Música.

Argumento
En plena Segunda Guerra Mundial, los franceses y demás europeos sometidos a la dominación nazi intentan huir hacia América. Para ello han de esperar en Casablanca, en el Marruecos francés, a conseguir un visado que les permita volar lejos de allí. Mientras dura la espera, el café de Rick Blaine (Humphrey Bogart) es un punto de encuentro común entre unos y otros (tanto alemanes y oficiales franceses como miembros de la resistencia europea). Pero todo conmociona al impasible Rick cuando llegan a su café Ilsa (Ingrid Bergman) y Victor Laszlo (Paul Henreid). Ella, un amor del pasado que prometió olvidar; él, el jefe de la resistencia. Vienen dispuestos a conseguir sus visados, pero un "problema" hace que el futuro de ambos quede en las manos de Rick. A la vez, el capitán Renault (Claude Rains - vendido al gobierno colaboracionista de Vichy) tratará de detener a Laszlo para complacer al Mayor Strasser, oficial alemán.

Valoración: el caparazón de los sentimientos
En esta obra maestra se podrían destacar unos cuantos temas, pero me parece que el que cobra mayor importancia es el mundo controvertido de los sentimientos del protagonista: Rick-Bogart. Al principio, observamos en él a un hombre cínico que "no se arriesga por nadie", dicho con sus propias palabras. ¿Cómo olvidar la famosa frase: "Si tuviese tiempo de pensar en ti, posiblemente te despreciaría"? Un hombre duro, impasible, que mantiene las distancias en todo y con todos. Pero algo hace que todo eso se tambalee y, definitivamente, se derrumba. Se trata de la llegada a Casablanca de Ilsa Lund-Ingrid Bergman, antiguo amor de Rick-Bogart durante su estancia en París, antes de la ocupación alemana. Ambos se amaban con locura, pero algo los separó "definitivamente". Volver a verse en la ciudad africana hace que ambos vuelvan a recordar aquel tiempo. Pero resulta haber un problema: Ilsa se encuentra casada con Laszlo. Ante la situación, explota todo el cinismo y la impasibilidad de Rick-Bogart y vemos que, como decía el capitán Renault: "en el fondo, Rick, eres un sentimental".

Todo esto puede dar lugar a una disquisición sobre la exteriorización de los sentimientos. Y creo que en la actualidad hay una especie de supra-valoración de éstos. Ciertamente se pueden encontrar razones en el "efecto péndulo": tras los años de la Ilustración y su racionalismo brutal, vino el Romanticismo exacerbado; tras ello una nueva fase en la que había que ocultar todo sentimiento, y ahora nuevamente una explosión de los sentimientos fuera de lo normal. Todos estamos más o menos hartos de esos programas de TV en los que los invitados o protagonistas llevan a cabo expresiones de sus sentimientos cercanas a lo burlesco y, sin duda alguna, realmente falsas. Creo que, en muchos casos, se debe a una mala educación de los sentimientos, sin tener en cuenta que éstos forman parte de un conjunto en el hombre: voluntad, inteligencia y sentimientos. Una educación integral supone una formación y preparación en todas estas facultades humanas. Cuando se da a los sentimientos las riendas de la vida (todos hemos visto u oído más de una vez el famoso lema de "déjate llevar por tus sentimientos") se puede llegar a graves problemas, porque los sentimientos son volubles y hoy dicen "sí", pero mañana puede que digan "no". Para discernir lo bueno de lo malo tenemos la inteligencia, y para hacer lo que debemos hacer (lo bueno), tenemos la voluntad. Los sentimientos a veces acompañan y a veces no. Pero no pueden ser quienes dirijan nuestra vida.

En la película se puede observar la lucha de Rick-Bogart, que parece ceder a sus sentimientos para escaparse con Ilsa, pero será su voluntad la que le haga mantenerse firme donde debe estar, una vez que ha logrado discernir su deber.

Para saber valorar y exteriorizar los sentimientos es necesario una formación que sea realmente integral, que abarque todas las facetas del hombre. Sólo así sabremos dar a cada cosa su importancia, sabremos discernir lo malo de lo bueno y, a pesar de las dificultades, nuestra voluntad será capaz de llevarnos por ese camino.

Valoración técnica
Lo que destaca por encima de todo son los estupendos diálogos y la trabajada personalidad de Rick-Bogart. Esta película ha logrado inmortalizar miles de frases y escenas: "Tócala otra vez, Sam", "Yo no me arriesgo por nadie", "Si tuviese tiempo de pensar en ti, posiblemente te despreciaría", "Creo que este es el comienzo de una bonita amistad" y un largo etcétera. Y en cuanto a Humphrey Bogart, esta película logra dar esa imagen de tipo duro que ya había despuntado en El Halcón Maltés y que más tarde se consolidaría en él con El Sueño Eterno y demás clásicos del cine negro. No en vano, de Bogart se dice que su última frase fue: "Nunca debí cambiar del scotch a los martinis". Una personalidad un tanto curiosa.

Sobre las escenas, ¿cómo no acordarse del momento, que -incluso sin ser francés- resulta tan emotivo, en el que la Marsellesa tapa a Die Wacht Am Rhein? ¿O el flashback en el que se ve felizmente paseando en un descapotable a Rick-Bogart con Ilsa por París?

Casablanca es un clásico y un mito inolvidable, que siempre mantendrá en nuestras retinas imágenes tan cercanas... tan lejanas. Al fin y al cabo, "siempre nos quedará París".

Ciudadano Kane

Ciudadano Kane T.o.: Citizen Kane
Director: Orson Welles.
Guión: Orson Welles y Herman J.Mankiewicz.
Intérpretes: Orson Welles, Dorothy Comingore, Agnes Moorehead, Ruth Warrick.
Música: Bernard Herrmann.
Género: Drama/Biopic. EE UU. 1941.
Puntuación: *****

Ganadora de 1 Oscar: Guión original.
Nominada a 8 Oscar: Película, Director, Actor (Orson Welles), Fotografía en blanco y negro, Música, Montaje, Dirección artística en blanco y negro, Sonido.

Argumento
Charles Foster Kane, el hombre más rico que jamás pisó la faz de la tierra, ha muerto. Todos los periódicos se hacen eco de la noticia. Pero un grupo de periodistas se preguntan acerca de sus últimas palabras: "Rosebud". ¿Qué se esconde tras esa palabra? Un periodista se lanza a la búsqueda de información y habla con todos aquellos que le conocieron y estuvieron cerca de él. De esta manera, el espectador va descubriendo la verdadera identidad de Charles F. Kane, su vida, todo lo que le ocurrió y cuanto pensaba. Todo para intentar resolver el misterio de "Rosebud".

Valoración: "Rosebud"
Película que forma parte de los clásicos imprescindibles para entender un poco más la historia del celuloide. Tal vez el mayor logro de Welles sea precisamente la creación de dos mitos del cine: Kane y "Rosebud". Sobre Kane, es curiosa la comparación entre el creador y su criatura... realmente hecha a "imagen y semejanza" del primero. Y en cuanto a "Rosebud", es posiblemente el gran mito del cine. Pero creo que lo mejor no es toda la expectación creada en torno a ello, ni siquiera la magnífica forma de escarbar en la excéntrica vida de un hombre a través de una sola palabra. Lo mejor de ese mito es el profundo sentido que guarda y su influencia continua -aunque oculta- en las imágenes, en los hechos y en la vida de Kane.

No, no desvelaré el misterio: ¿Qué es Rosebud? No responderé a la pregunta que se hacen los periodistas al principio de la cinta: ¿será una mujer, un coche, un caballo? No a esa pregunta material, aunque sí responderé al sentido profundo que puede esconder esa palabra misteriosa.

Puede ser perfectamente interpretada como la infancia perdida. De ahí surgen todos los desórdenes afectivos de Kane: no tuvo infancia, porque fue arrancado del seno familiar -aunque con la egoísta, o tal vez desafortunada, aprobación materna-. Sí, el gran problema de Charles Foster Kane es que todas las personas que podían parecer importantes en su vida le abandonan: su primera y su segunda mujer, su gran amigo Jedediah Leland, e incluso el bueno de Bernstein. Solo. Kane se queda solo, porque en sus relaciones sólo busca sentirse amado, nunca amar. Y este gran fallo afectivo viene de una falta brutal de amor en la infancia: no tuvo madre ni padre que le amasen.

Otra posibilidad del sentido de "Rosebud" es: ¿qué hubiese sido de su vida sin esa fortuna? Es una posibilidad compatible con la anterior, aunque con menos sentido, ciertamente. En una segunda visión de la película, una vez visto cuál es el significado material de la extraña palabra, la profundización personal puede dar respuestas a todas las preguntas, sobre todo a ésta: ¿Qué es Rosebud?

Valoración técnica
Es absolutamente increíble el tratamiento de los planos de Welles. Cada toma es una pequeña obra de ingeniería, o tal vez una especie de cuadro con cada detalle pensado. Welles habla de los personajes en cada plano con picados, contrapicados, juegos y contrastes de luces sorprendentes, primeros planos... La película se convierte en una sinfonía de imágenes, más que una secuencia de éstas. Algunas escenas llenan la pantalla de personajes en distintos planos, como la escena en la que los padres de Kane firman su partida mientras se le ve por la ventana jugando con la nieve; o la escena en la que se descubre la relación entre Kane y Susan Alexander (la cantante), en la puerta de la casa de ésta, con su mujer y Gettys... En fin, son cosas que merece la pena descubrir por uno mismo uno y otra vez. Y, ¿cómo olvidarse de la magnífica interpretación de Orson Welles, rodeado de actores noveles?

Pues sí, damas y caballeros, una obra de arte para los anales del cine. Imprescindible.

Fresas salvajes

Fresas salvajes T.o.: Smultronstället.
Director y guionista: Ingmar Bergman.
Intérpretes: Victor Sjöström, Bibi Andersson, Ingrid Thulin, Gunnar Björnstrand.
Música: Erik Nordgren.
Género: Drama. Suecia. 1957.
Puntuación: *****

Argumento
Un viejo doctor de medicina (Victor Sjöström) está a punto de ser nombrado Doctor Honoris Causa por la universidad que le formó. En su viaje a esa ciudad, acompañado de su nuera (Ingrid Thulin), recordará tiempos de su infancia y juventud: rememorará el rechazo de su prima (Bibi Andersson) en favor de su hermano, la crueldad de él para con su mujer y sus efectos, visitará a su madre -anciana de 96 años- y redescubrirá a su nuera. Y de esa curiosa manera, en esa introspección el viejo doctor descubre su egoísmo y su soledad vital, lo que le llevará a un cambio profundo.

Valoración: memoria, egoísmo, arrepentimiento
Magistral obra del sueco Bergman, en la que nos asesta un puñetazo frontal y sin rodeos. La película golpea directamente y sin remilgos de ninguna clase al espectador, y pretende de este una catarsis. Es decir, una purificación del que observa la historia del doctor Borg. De esa manera, el arrepentimiento de Borg intenta llevar al público a su reflexión: ¿y yo? ¿Soy también yo un redomado egoísta?

En esta película, los recuerdos y la memoria de todo lo acontecido a lo largo de la vida no tiene tanto un sentido de nostalgia, sino más bien la examinación de la culpa. ¿Fui cruel con los demás? El doctor Borg observa minuciosamente todos aquellos momentos que marcaron giros en su vida, y se da cuenta de que su egoísmo escondido tras una fachada de inexistente bondad le ha servido para aislarse de los demás en su soledad. Una soledad -como ya digo- egoísta. Pero Bergman pretende que, mediante el proceso de identificación con el personaje, el espectador se haga las mismas preguntas. Y el doctor Borg termina aprendiendo de sus errores felizmente y es capaz de arrepentirse de ello. Es ésta una virtud impagable: la capacidad de pedir perdón y arrepentirse. Y es en ese momento que el director pasa el testigo al público, todavía aturdido por el golpe recibido.

Valoración técnica
Y entrando en campos más "cinematográficos", cabe destacar, en primer lugar, la soberbia fotografía: juego de contrastes y de sombras, marcada por los flashbacks en los que el doctor recuerda su juventud, en los que todo encaja perfectamente, incluso ese mundo de sueños tétrico que atormenta al doctor. Y también es mencionable la soberbia interpretación del protagonista, con una expresividad cuasi perfecta -no en vano, Sjöström procedía de la escuela del cine mudo-.

Un perfecto 10 para Bergman: esta película es, sin duda alguna, uno de los grandes pilares del séptimo arte.