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Charlie y la fábrica de chocolate

Charlie y la fábrica de chocolate T.o.: Charlie and the chocolate factory
Director: Tim Burton.
Guión: John August (basado en la novela de Roald Dahl).
Intérpretes: Johny Depp, Freddie Highmore, David Kelly.
Música: Danny Elfman.
Género: Fantasía. EE UU. 2005.
Puntuación: ****

Argumento
Charlie Bucket (Freddie Highmore) es el hijo de una familia muy pobre. Su gran sueño es una gigante fábrica de chocolate dirigida por el excéntrico Willy Wonka (Johny Depp) y mantenida en el mayor misterio. Y un día, éste decidirá reunir a cinco niños de todo el mundo y permitirles visitar la fábrica: los afortunados serán los que encuentren los cinco billetes dorados escondidos en cinco tabletas de chocolate Wonka. Charlie y otros cuatro niños se embarcarán en este deslumbrante viaje a través de la fábrica de chocolate más grande y fantástica que existe en la tierra.

Una sátira delirante
A través de su estilo estrafalario y fabuloso, Tim Burton adapta el libro de Roald Dahl con asombroso conocimiento de lo que se trae entre manos. El espíritu del escritor británico palpita tras las imágenes del director de cine americano. Aunque esta vez, Burton cambia su habitual estilo gótico por otro, digamos, mucho más barroco: plagado de asombrosos delirios visuales continuamente. Jardines hechos de caramelo y chocolate, enormes salas donde se bate la leche o se prueban nuevos sabores, extrañas máquinas y probetas donde se crean dulces revolucionarios, ardillas adiestradas pelando cacahuetes de forma autómata…

Pero el centro de la película no está en su casi circense pero magnífica puesta en escena, sino en lo que quiere transmitir. El director, recogiendo el guante del escritor del libro, ironiza sobre alguno de los efectos negativos en una mala educación de los hijos. Nos habla de cosas como la enorme influencia –mala, sin duda alguna– que el exceso de televisión y videojuegos tiene en los niños, la nefasta imagen del padre cumple-caprichos o la gula desenfrenada de comida, premios y, en definitiva, todo aquello que sea material y conlleve una especie de soporífero bienestar. Se nos presenta de esta manera a unos niños que realmente no lo son –así lo expresó Roald Dahl en una entrevista que le hicieron hace muchos años– , y que han perdido el encanto por las cosas asombrosas. Y en contraposición a esos niños está el protagonista: Charlie Bucket, un verdadero niño, ya que no se encuentra inundado de juguetes caros, el último boom en videoconsolas, premios, comida, caprichos… cosas materiales, en general; sino que ha sido educado en la austeridad y en el sacrificio por los demás.

Tim Burton siempre nos invita en sus películas a que pensemos –nosotros, los que nos decimos adultos– si somos como niños, si somos capaces de meter una chispa de fantasía en nuestro día a día, si somos personas que todavía disfrutan de los inagotables encantos que rodean nuestra vida o si, por el contrario, nos comportamos como viejos sin ilusión y sin capacidad de asombro. Porque esta película, aunque en su origen es un cuento para niños, está dirigida a los adultos, a cada uno de nosotros.

El valor de la familia
Encontramos todavía un aspecto más al ver esta película: el valor de la familia. El director aborda esta cuestión de un modo tierno, mediante la pobre familia Bucket. Los padres, los cuatro abuelos y Charlie viven en una casa enana con recursos casi inexistentes; pero eso no es obstáculo para su felicidad, basada en el amor mutuo y en la compresión del otro. De esta forma no nos encontraremos con continuas disputas o infelicidades porque falten camas para todos o porque se hace duro llegar a fin de mes. Al contrario, el ambiente verdaderamente familiar que reina en esa casa es todo lo que necesita Charlie y lo que le llevará, al final de la película, a declinar la posibilidad de una vida rodeada de facilidades materiales a cambio del amor de la familia. Y será esto lo que haga que Willy Wonka redescubra el valor de la familia y se reconcilie con su padre.

Creo que merece la pena felicitar a los dos genios que han hecho capaces de que veamos esta maravilla en las pantallas: gracias, señor Dahl; gracias, señor Burton.

2 comentarios

Francis -

¡Vaya! No sabía que los de forumlibertas se hubiesen agenciado la reseña... Bien, así me van haciendo un poco de publicidad.

phil -

¡¡tenemos un crítico de cine famoso!!
http://www.speropress.com/site/article.asp?id=1659
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=3863&id_seccion=9&PHPSESSID=4e6bef353d03036a664f0af000eda64e

enhorabuena